Durante el mes de septiembre, con la cámara en la maleta, tuve el placer de descubrir un nuevo destino: México. Un viaje que me sorprendió gratamente y en el que descubrí lugares increíbles. En la primera parte del viaje pudimos recorrer varios lugares de la península del Yucatán. La segunda parte tuvo como protagonista la colosal Ciudad de México.
Uno de los aspectos más fascinantes de la Ciudad de México, y que todo amante de este arte debería conocer, es su arquitectura. En la ciudad podemos encontrar desde pirámides prehispánicas y un Castillo Real, hasta edificios hechos con materiales novedosos y la más alta tecnología.
Tacos, sopes, tamales… La gastronomía mexicana es uno de sus mayores atractivos y, en cualquier momento del día, hay una excusa perfecta para comer. Ciudad de México es un concentrado de sabores de todo el país. Aquí todas especialidades de cada rincón se mezclan para dar a conocer a sus visitantes y habitantes todo el sabor que tiene la gastronomía mexicana.
Ciudad de México desborda arte a raudales, y el interés cultural por todo tipo de arte se plasma en los numerosos museos de la ciudad. El Museo Nacional de Antropología, el Museo Nacional de Historia (dentro del Castillo de Chapultepec), la Casa Museo de de Frida Kalho y el icónico Museo Soumaya son paradas obligatorias que todo turista debe hacer.
La mejor forma de conocer CDMX es caminar. Pasear por barrios como Roma y Polanco o atravesar el centro de la ciudad. Descubrir la zona universitaria, caminar por toda la Avenida de la Independencia, descubrir el callejón del aguacate… La ciudad esconde lugares increíbles por los que todo visitante debería perderse.